domingo, 13 de junio de 2010

La Última Misa

Última celebración dominical en la Capilla Sagrado Corazón,
antes de su supresión por el párroco de Santa Francisca J. Cabrini
R.P. Antonio Panaro
En la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo
Corpus Christi
06 de Junio de 2010
R. P. Dr. Alfredo Sáenz, SJ

Llora el cielo su tenue llovizna sobre la Ciudad de la Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires; mas no es solamente la naturaleza, hay lágrimas también en los ojos y en los corazones de los fieles de la Capilla Sagrado Corazón de Jesús donde se grabaron las homilías publicadas en este blog.
Será éste el primer Domingo en cuatro años en que se impedirá al Señor manifestar su presencia verdadera, real y sustancial en el humilde templo. El padre Antonio Panaro, párroco de Santa Francisca Javier Cabrini de quien depende este oratorio, ha ordenado se suprima la Santa Misa Dominical.
Mientras hablamos con los judíos, visitamos a los musulmanes y dialogamos con todo el mundo incluso con los masones, una rosa de la tradición, cuya fresca y agradable fragancia alegraba el vecindario y concitaba la atención hasta en zonas lejanas, ACABA DE SER ARRANCADA de los jardines de San José de Flores (*)
Ya no habrá campanas al vuelo llamando a Misa, ni se oirá la cálida armonía del canto gregoriano conque las voces de los fieles colmaban el pequeño recinto; las vacilantes y suaves luces de los cirios darán lugar a la penumbra de los vitrales; las volutas de incienso que ascendían con el ángel que lleva hasta el altar del cielo a la Divina Víctima, serán reemplazadas por el aire enrarecido y húmedo de los lugares cerrados y vacíos. No se ha de oír el "Te igitur, clementíssime Pater..." conque el celebrante principia el Canon Romano asociándose a las millones de voces que durante centurias lo han pronunciado, ni se hará el gesto, por el cual en el cielo, en la tierra y en los abismos se adora al Señor, de hincar las rodillas para comulgar. No se ha de invocar a San Miguel Arcángel para que nos defienda en la batalla contra el Enemigo, ni se saludará a la Santísima Virgen con la Salve o el Regina Coeli. Y, lo más grave, en adelante no ha de venir el Señor a consolar a sus fieles.
Por eso, con todo dolor y mientras llueve sobre los tejados, las almas y los corazones, publicamos completa la Última Misa (Publicamos también la Liturgia de la Palabra por separado). La grabación incluye el canto de la secuencia de Corpus Christi, Lauda Sion, que se entona antes del Santo Evangelio.

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(*) San José de Flores es el nombre de una Parroquia creada en 1806 en las afueras de Buenos Aires. El pueblo desarrollado alrededor de la primitiva iglesia, fue declarado partido provincial con el mismo nombre de su parroquia para luego ser incorporado a la Ciudad Autónoma de Bs. As. en 1888. Hoy el barrio de Flores como comúnmente se lo conoce, es uno de los más antiguos y tradicionales de la ciudad cuyo icono más característicos es la imponente basílica de estilo románico que se levanta frente a la plaza principal.

2 comentarios:

Osvaldo Fernandez dijo...

YO CONOZCO AL PADRE ANTONIO PANARO - 1ra parte
Queridos hermanos:
Lamento profundamente haber tomado conocimiento recién hoy, a través de este artículo publicado en internet, de los hechos que se adjudican al Padre Antonio Panaro.
Ante esta situación, tan sorpresiva como dolorosa, he decidido dar mi testimonio acerca del sacerdote que yo conocí desde que era seminarista.
Fue en la Parroquia "Ntra. Sra. de Lourdes" de Villa Udaondo (localidad ubicada dentro de los límites del hoy flamante Municipio de Ituzaingó, Pcia. de Buenos Aires) durante la década del ´80.
Por aquel entonces, en ese lugar tenía su sede la Casa de Formación de la Congregación de los Padres Oblatos de la Virgen María en Argentina. Aquellas vocaciones que se sentían atraídas por la espiritualidad de su fundador, el Padre Pío Bruno Lanteri, realizaban allí el año de Postulantado, luego los dos años de Noviciado en el Instituto Lanteriano de Roma y posteriormente regresaban para continuar sus estudios en el Seminario de Morón.
Mientras se preparaban, los novicios prestaban su colaboración en la labor pastoral que los Oblatos desarrollaban tanto en la sede de la parroquia de Villa Udaondo como en las tres capillas que dependían de ella (Santa Rita, Ntra. Sra. del Carmen y San Vicente de Paul - todas ubicadas en un radio aproximado de veinte cuadras de la Casa de Formación), en distintos horarios del fin de semana.
El Padre Antonio Panaro siempre se destacó por tener un carisma especial para la Pastoral Juvenil. Entre otras anécdotas, recuerdo que fuimos precisamente nosotros, los muchachos del "PreJu" (grupo prejuvenil al que yo pertenecía) quienes le pusimos el sobrenombre de Tony. Desde entonces, quienes lo conocían (los parroquianos, sus compañeros, sus superiores... ¡y hasta él mismo!) comenzaron a identificarlo con este apelativo que aún perdura pero proviene de aquella época. Quizá sea ésta la muestra más acabada de cómo él supo llegar con su sencillez al corazón de la gente que lo rodeaba y especialmente a los jóvenes. ¡Cuántos de nosotros aprendimos por él las verdades de la fe que hoy nos gloriamos en profesar!.
Luego, el 11 de febrero del ´90 también fui testigo de su Ordenación Sacerdotal de manos de Monseñor Justo Oscar Laguna (hoy Obispo Emérito de la Diócesis de Morón) que tuvo lugar en la Misa Patronal que presidió precisamente en la Parroquia "Ntra. Sra. de Lourdes" de Villa Udaondo. Junto con él también fue ordenado otro hermano de su congregación y compañero de seminario, el Padre Daniel Gasmann. Recuerdo que en aquel momento esto representó todo un acontecimento en la vida de esa iglesia particular pues no era frecuente que las ordenaciones presbiterales se celebraran en otro templo que no fuera el de la Catedral de Morón. Pero había comenzado el tiempo de la escasez vocacional y el Obispo quiso poner esta intención en manos de la Virgen de Lourdes, consagrándole de manera especial a estos dos nuevos sacerdotes. En este punto de mi mirada retrospectiva, a mis cincuenta años de edad, pienso cuántas gracias habrá derramado María a través de esas manos a ella consagradas.
OSVALDO E. FERNANDEZ - Catequista ______________________________________________________________________
P.D. Ante la necesidad de evacuar cualquier consulta sobre cada uno de los conceptos vertidos en este comentario de mi autoría, les brindo mi mail para que puedan comunicarse conmigo: osvaldoemiliofernandez@gmail.com

Anónimo dijo...

YO NO CONOZCO AL P. PANARO.
Tampoco soy "tradicionalista" y estoy en esta pagina por casualidad. Pero conozco la Doctrina y el Magisterio, y el Motu Proprio Summorum Pontificum. También a los sacerdotes formados en la Argentina de los 70 y 80. Y no me extraña que tenga o haya tenido tan buena onda con los jóvenes. Como tampoco me extrañaría que no tuviera la Doctrina Católica completamente clara. Por las obras se conocen las personas, y un sacerdote que actúa de esta manera, sencillamente no es sacerdote católico, aunque haya recibido la ordenación y celebre la Eucaristía.
Que para ser católico no bastan los sacramentos, sino la íntima union con la recta Doctrina, el Papa y el Magisterio (para mayor info referirse al Cod. Derecho Canonico 1364). Interrumpir una acción litúrgica valida y lícita, es un acto llanamente deplorable y condenado por la Iglesia (ver Redemptionis Sacramentum, n.172) tanto para el como para el Obispo, si lo hizo con su autorización.
A.Hoese