miércoles, 27 de febrero de 2013

Monición para el III Domingo de Cuaresma


Monición para el III Domingo de Cuaresma

3 de Marzo de 2013


¡Señor, que seamos mortificados y penitentes!

La penitencia, joya de la vida espiritual que nos hace recordar nuestra condición de pecadores, es una práctica lamentablemente olvidada por muchos predicadores, que pecan así por omisión. Pues, según el Evangelio de este Domingo, quien no se convierte perecerá.

Por eso es necesario que, cerca ya la mitad de la Cuaresma, recuperemos su sentido místico preguntándonos qué hemos estado haciendo estas semanas para encausar nuestras vidas.

Según nos enseña el Señor en la parábola de la Higuera, se nos alarga la existencia esperando nuestra conversión,  los buenos frutos que de ella se derivan y finalmente nuestra salvación.

No ocupemos, pues, nuestro lugar inútilmente malgastando el abono y los cuidados que Dios nos dedica, recordando que el camino más seguro para dar los frutos que de nosotros, y por su gracia, espera nuestro Señor, es la penitencia.
Como decía san Pedro de Alcántara "Oh hermosísima penitencia que me abrió las puertas del cielo".

Pidamos insistente y ardorasamente al Señor la gracia de ser mortificados y penitentes,


¡Por favor, deje su comentario!

1 comentario:

Anónimo dijo...

MUY BUENO OJALÁ Y SIEMPRE NOS DEN ESTE TIPO DE COMENTARIOS PARA SABOREAR LAS LECTURAS CORRESPONDIENTES AL EVANGELIO Y PODAMOS APLICARLO A NUESTRO VIVIR.
GRACIAS POR LA SEMILLITA QUE ESTAN SEMBRANDO EN NUESTROS CORAZONES.
DIOS LOS BENDIGA